Sandra Uribe
Su carrera la convirtió ne una arquitecta de la palabra y sus poemas son como grandes ventanales por donde entra la luz y el paisaje.
Sus estudiantes la buscan por los pasillos de la memoria para que ella les señale las rutas correctas de la palabra.
Corrige y edita, obsesa en encontrar un verso perfecto.
Cartografía
Trazo el poema y su desnudez me aterra.
El fervor con que se aferra al papel
es el mismo de la sangre en tránsito.
Cada palabra es una iluminación
que antecede a la niebla,
un paso certero hacia el abismo.
Y esa verdad de tinta que se enreda en los ojos,
ese mapa de horas a punto de extinguirse
se convierte en la memoria inútil de tu tiempo.
La sombra es ahora un pájaro del que no puedes huir.
Toda la música de lo escrito arde en tus venas
y te condena a tu propia destrucción.
Espectáculo
Presenciar
la demolición de una nube
y resignarme
a ver caer
un puñado de migajas de agua.
Adentro
Para conocer el mar
no es necesario
descifrar las olas
el ruido misterioso de la corriente
el estrépito estrellándose
contra las rocas
ni el color de los peces
o los caballitos
Para conocer el mar
sólo basta un naufragio
sin albas sobrevivientes.