Mery Yolanda Sánchez
Mery Yolanda, es silenciosa y esquiva, pero su voz registra lo que el dolor deja dentro de la pupila.
Sabe de la angustia, de los que son ausencia.
Mira hacia las calles y con nombre propio saluda a la miseria.
Su mundo poético está arrasado por la injusticia y por el corazón de un país molido a golpes y balazos.
Todo en ella parece a punto de ser desenterrado.
No hay fosa común que pueda contener sus gritos.
Miedo
Sentir por las piernas
la respiración
del compañero desaparecido.
Julio 20
Esta mañana
sacamos de entre el barro
la loca que me tomó como su hija.
Apretaba contra su vientre
una muñeca
que tenía mi nombre.
Salmo
Saco el último vestigio en alas de mariposas.
Enjabono y tuerzo.
Al tacto del viento con mis manos
un olor confuso se aproxima por la acera izquierda.
Lo guardo,
trato de meterlo en la taza del baño,
pero en remolinos es vaciado a mi boca.
Tiento,
palpo cada pliegue del pecho.
Hace falta mucho detergente
cuando mi país hasta en la ropa duele.