Jorge Valbuena
Facatativeño de maraña muisca y palabra ancestral.
Especialista en creación narrativa y profesor de lengua castellana.
Miembro del comité de la Raíz invertida, revista latinoamericana que ha logrado generar un aporte inmenso a la difusión de la literatura.
Se la pasa entre despeinado o con sombrero realizando talleres aquí y allá.

Fe de erratas
Se extingue el aire no el vuelo.
Falta la voz no el silencio.
Duele el amor no el recuerdo.
Muere el sonido no el vértigo.
Brota el temor no la lágrima.
Pesa el fin no el tiempo.
Subienda
Un pez amaneció en mis venas
perdió el rumbo en algún río
tempestuoso
y cayó a éste arroyo profundo
que no se nombra en ningún mapa.
Ha ido creciendo poco a poco
alimentado por los insectos
de mi sangre
por los cadáveres alojados
en mis latidos
y por las sombras que deambulan
errantes
en esos pasadizos secretos
y subterráneos.
Es un ser solitario este pez mío
vagabundo en su incertidumbre
lo siento cavar una salida
en algún lugar de estas profundidades.
Me he acostumbrado
al filo de sus escamas
al brillo de su sombra
al agudo tacto de su vertebra.
Sólo a los anzuelos temo
y a las redes que me nombran
cuando divisan
el pez que me excava
desangrando mis prisiones
sin encontrar aún
la desembocadura.
Zapping
Mi padre frente al televisor
sentado en el sofá
acomoda el mundo.
Lo he visto repasar la historia de sus manos
en los setecientos canales que a diario desacera
llamar al árbitro por el mismo nombre
y a la reina de Inglaterra burlar por su
extraña forma de sembrar un ataúd
¿De qué trazos invisibles está hecho el mundo?
A mi padre le basta con lanzar una mueca al vacío
para cambiar el destino de los hombres,
la ciencia, el pasado.
De las bombas que rugen en las selvas
se va hacia los rugidos de un león
bajo un sol dinástico
y de la rosa de un septiembre negro
decide mejor pisar las aceras de una ciudad gótica.
Todo puede pasar en el azar de la tierra
hasta una noche atravesada por un rayo de hielo
que el silencio deshace para que nadie vea.
Nadie mira la luna que repta
hace mucho no se transmite en vivo y en directo
ninguna alunización.
La última vez todos corrieron buscando un candil.
La lluvia cae sobre la noche
y mi padre sube el volumen para desaparecerla,
también he visto el viento adolorido
y curar en un comercial su enfermedad.
El mar se puede contemplar en el 116.
Un maremoto en el 312 arrasa una prisión.
Los extraterrestres llegan al 569.
Muere un domador de faros en el 92.
El tiempo se acaba en el 46.
Mi padre frente al televisor
sentado en el sofá
acomoda el mundo.